Mujeres con miedo a la soledad
Me quiero dirigir en este artículo a las mujeres con miedo a la soledad que consideran que estar en pareja es lo mejor que les puede pasar, aunque su pareja no sea la mejor compañía, aunque no estén bien debido a maltratos, desprecios, falta de atención o a que simplemente no sean felices con esa persona, pese a lo cual, dar el paso de separarse y vivir solas les dé un miedo terrible y no se atrevan a dar el paso. Me gustaría que entendieran que hay mujeres sin pareja que viven una vida plena y están muy satisfechas con su situación.
Hace un tiempo era impensable que una mujer decidiera vivir sola, sin pareja, solo aquellas mujeres viudas con una edad avanzada o algunos casos excepcionales que no eran contempladas de forma positiva por la sociedad, teniendo el calificativo de “solteronas”.
En la actualidad, cada vez más mujeres deciden no tener pareja y muchas de ellas viven solas porque así lo han elegido y se sienten muy felices con su elección. Estar sola ha pasado de ser algo negativo a verse de una manera positiva.
Tranquilidad, sinónimo de felicidad
Decidir estar sola, no significa sentirse sola. La mayoría de estas mujeres tienen fuertes vínculos familiares y estupendos amigos con quienes comparten gran parte de su tiempo, el resto del tiempo que no quieren vivir en soledad. Pero, claro está, les gusta estar solas, porque disfrutan de su propia compañía. Son personas que no temen a la soledad. Han aprendido a mimarse, a cuidarse. Gozan de una gran tranquilidad y la tranquilidad, como os he comentado en alguno de mis videos, es sinónimo de felicidad. Muchas de ellas, han tenido parejas esporádicas de las que han disfrutado hasta que se han dado cuenta de que encontraban más aliciente en lo que les aportaba su soledad.
Son mujeres que tienen una vida plena, con un trabajo que les satisface (profesionalmente puede escalar más fácilmente cuando dependen de sí mismas) y con aficiones que llenan sus vidas. La mayoría no descartan compartir su vida con alguien en el futuro, pero cuando ese alguien sea una persona que les satisfaga realmente y con quien compartir, una persona que les aporte, no que les reste, aunque no desestimen la complicidad o la intimidad con otra persona.
Saben que para compartir adecuadamente hay que estar bien sola, el miedo a no tener pareja no va con ellas, aprenden a tomar sus propias decisiones, a no depender de nadie en ningún sentido. Que tu vida dependa de ti sola, en muchos aspectos, es un gran logro.
En el futuro, se prevé que muchas mujeres vivirán solas en algunos momentos de su vida, algunas después de haber vivido en pareja. Muchas mujeres, tanto amigas y conocidas como pacientes, me comentan las satisfacciones que les da vivir solas: “la cama es toda para mí, me dicen, y que decir del sofá, y de la propiedad del mando de la tele, invitar a los amigos cuando les apetece e ir donde realmente desean de vacaciones”. Y como decía antes, la red de amigos es muy extensa y pueden realizar muchas actividades con ellos.
Según algunos expertos, la soledad bien llevada genera creatividad, debemos verla de forma positiva, también genera sanación mental en aquella persona que está todo el día enfrascada en su trabajo. Las mujeres que pasan tiempo solas y se analizan a sí mismas pueden desarrollar un pensamiento muy personal y original.
Soledad versus libertad
La soledad puede estar relacionada con la libertad, se da en la mujer en situación de soledad un reencuentro con ella misma y cuando se va “disfrutando” de esta soledad la persona se acostumbra más a ella y permite la conexión con una misma para escuchar lo que sentimos, lo que deseamos. No hay que huir de la soledad, hay que enfrentarse a ella para poder descubrirnos, conocernos y saber lo que queremos.
A esas mujeres que les da miedo la soledad yo les diría que se puede disfrutar de ella.
Hay que pensar que una misma es la mejor compañía que una puede tener, nos vamos a conocer mejor, tenemos un gran mundo interior que se puede enriquecer con multitud de actividades. Bailar, leer, pintar… expresar los sentimientos por escrito puede ayudar.
El problema es que hemos identificado la soledad con algo triste cuando en realidad puede suponer una gran aportación a un individuo potenciando su autonomía. Y pensemos que muchas mujeres están más solas con su pareja, incluso con amistades que no elegirían si habría sido por ellas, de lo que se sentirían si llevaran una vida plena. Pero es lo que nos han inculcado durante nuestra vida. La típica aseveración de las madres de antaño: “Hija, cásate, y no te quedes sola” que, en el presente, por suerte, se está sustituyendo por: “Hija, sé feliz, sola o acompañada”.
A continuación, y si dispones de unos minutos, puedes ver un vídeo con relación a este tema: