Inseguridad
En la primera visita informativa, que ofrezco a las personas que confían en mí, con mucha frecuencia aparece la palabra inseguridad a la hora de definir lo que les afecta y preocupa.
Sentirse inseguro/a
¿Qué es la inseguridad? Los individuos que tienen inseguridad dudan de todo, de qué decisiones tomar, de sus capacidades para llevar a cabo sus proyectos: el temor, la indecisión llena sus vidas.
Normalmente, la inseguridad aparece desde muy temprana edad o bien por estar en una situación de desamparo, de falta de protección y seguridad por parte de las personas que educaron al individuo o bien por un exceso de protección, en estos casos esa sobreprotección hace que la persona se sienta inútil porque siempre alguien “le sacó las castañas del fuego” y no aprendió a desenvolverse de una forma madura.
Otras personas vienen a mi consulta por una determinada situación que se vieron incapaces de superar y que les generó esa falta de confianza en sí mismos.
La persona insegura se critica constantemente, habla mal de sí misma, cuestiona sus decisiones y considera que los demás tienen un mal concepto de él o ella. Se sienten observados y criticados de forma continua.
Tienen la necesidad de ser valoradas de forma permanente. Y claro… son tan perfeccionistas que nada está suficientemente bien hecho, ni siquiera cuando reciben opiniones favorables, de hecho desconfían de que los demás les sean sinceros en sus apreciaciones.
La comparación está presente en sus vidas de forma permanente. Y claro… siempre encuentran alguien mejor en algún aspecto, lo que supone una torturan constante.
La inseguridad hace que no vean lo positivo de sus vidas, sus cualidades, sus capacidades. Y claro…si dudas de ti, si no te ves bien, el miedo al que dirán, a hacer el ridículo te atenaza y te impide emprender nuevos proyectos.
Superar la inseguridad
En la terapia se potencia la confianza en uno mismo. No importa lo que piensen o hagan los demás. Vamos a reafirmar nuestra autoimagen, nuestras habilidades, nuestra manera de hacer las cosas. Vamos a aceptarnos como punto de partida para mejorar.
Para realizar este proceso es muy importante curar las heridas del pasado y a partir de ahí situarnos en el presente. El paciente, con la ayuda de la psicóloga, debe valorar sus logros, aceptando lo bueno y lo malo de su persona, generando la autoestima que supone la aceptación de lo que se es y el proceso de cambio hacia conductas racionales que posibiliten el crecimiento personal y la seguridad en uno mismo.